En este momento me estoy preguntado: ¿en que país van a vivir mis hijos en un futuro cercano, bajo que ambiente se van a desarrollar?.
Cada día me convenzo más que la solución a todos nuestros problemas no están bajo la responsabilidad de una persona, sino en Dios.
Si dejáramos el orgullo, el odio y el rencor a un lado; si aprendiéramos a perdonar. Por que ojo por ojo, vamos a terminar todos ciegos.
¡Venezuela necesita de una juventud diferente y dispuesta a cambiar el rumbo de nuestro país!
¿Eres tu uno de esos jóvenes?
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